LAS PUERTAS DE LAS CORACHAS.
Los muros que unían el frente norte de la Alcazaba con el río se conocen como las corachas y aunque se levantaban extramuros delimitaban un espacio seguro en el que los defensores de la Alcazaba podían hacer la aguada sin peligro. La Puerta de la Coracha era el acceso que comunicaba el interior de la Alcazaba con este espacio seguro.
La puerta ha llamado la atención de los estudiosos que se han ocupado de la Alcazaba y especialmente de Leopoldo Torres Balbás (1). La puerta está organizada mediante dos arcos superpuestos:
-En la parte superior presenta un amplio arco ciego de herradura de enjarjes altos con dovelas de granito y ladrillo alternadas. El arco aparece enmarcado con un alfiz rebajado en el que también se alternan granito y ladrillo.
-El vano de la puerta se cubre con un arco escarzano que reduce la entrada a un simple portillo. El arco está construido con dovelas de granito en su cara exterior y ladrillo en la que da al pasillo. En el interior se conservan las cajas en las que se empotraban las hojas del portillo cuando estaban abiertas, las ranguas (primero de piedra y después de hierro) y los rebajes para la tranca. En la fotografía de la puerta que nos ofrece Garrorena (hacia 1929) parece apreciarse una pieza decorada sobre la clave del portillo (2). En la actualidad este elemento no existe. En su lugar encontramos varias piezas de granito que han sido colocadas con motivo de la restauración de la puerta. Sería muy interesante verificar si esa pieza existió en realidad o por el contrario se trata de un efecto óptico, una formación natural o cualquier otra cosa. Como quiera que sea la supuesta pieza no aparece citada en las obras de José Ramón Mélida, Leopoldo Torres Balbás, Fernando Castón y otros autores que han estudiado la Alcazaba (3).
Por lo que se refiere a la decoración hemos de señalar que tanto la puerta como el portillo presentan un llagueado realizado con mortero rico en cal que fue decorado con un motivo en espiga o una simple línea incisa. Posteriormente la decoración en espiga fue cubierta por otra formalizada mediante cordones. En la misma reforma el arco ciego de herradura se cubrió con una decoración de falsa sillería.
Delante de la puerta se levantó un recinto de planta cuadrada del que no podemos precisar ni su cronología ni su funcionalidad (barbacana, falsabraga, tambor, etc.)(4).
De la puerta partía un camino que enlazaba con el camino que unía la Puerta de Palmas y los caminos de Mérida y Sevilla. Son varios los planos y los documentos que nos informan sobre dicho camino. Quizá uno de los más ilustrativos sea una escritura de censo sobre la huerta de Chamiço, después Huerta del Metido. En dicha escritura se dice que la huerta lindaba
“…con el arroyo rrebillas y camino que sale de la puerta de la coraxa y otros linderos…” (5)
A comienzos del siglo XX el editor de la obra de Ambrosio de Morales insistía en este mismo asunto
“… presenta salida al rio (la Puerta de la Coracha) con pretil á su orilla; y por allí se puede ir sin riesgo á las puertas de Mérida y Trinidad alrededor del muro…” (6)
El pretil que bordea al camino parece muy reciente ya que no aparece en el plano de José de Gabriel (1803). En nuestra opinión debe ser una obra que deberíamos fechar a caballo entre los siglos XIX y XX.
Uno de los aspectos más discutidos es el referido a su cronología. Leopoldo Torres Balbás no llegó a definirse claramente sobre este asunto pues planteó que la puerta se levantó en el siglo XI por los monarcas de la dinastía aftasí o en la primera mitad del siguiente, bajo dominio almoravid (7)
Es decir, sin llegar a definirse claramente planteaba como únicas opciones viables la etapa aftasí o la almohade. Durante algún tiempo se consideró que era una obra del período aftasí (8). Basilio Pavón Maldonado resalta la presencia de un tipo de ladrillo (26-13-4) propio de la arquitectura musulmana de los siglos XI y XII y añade que estas fábricas ladrilleras de Badajoz se pueden fechar antes de la renovación almohade que transfiguró casi por completo la fortaleza extremeña (9). En la actualidad parece imponerse la tesis de Fernando Valdés que fecha el frente norte de la Alcazaba, en el que se abre la puerta, durante el dominio almohade (10).
La presencia de dos arcos superpuestos ha dado pie para que algunos autores consideren dos fases en la puerta aunque la decoración que la cubre aparece refutar esta hipótesis. En efecto, como ya hemos dicho, las hiladas de ladrillo y granito están rejuntadas con un mortero rico en cal. Los llagueados y rejuntados fueron “decorados” en algunas zonas con una línea y en otras con una serie de incisiones a modo de espiga. El llagueado se extiende por el arco de herradura, el arco escarzado (portillo) y lo que es más interesante parece situarse debajo de la decoración de falsa sillería típicamente almohade. Es decir, tanto el arco de herradura como el arco escarzado (portillo) estaban construidos cuando se dispuso la falsa sillería almohade. Si tenemos presente que las últimas investigaciones sostienen que el muro norte, en el que abre la puerta, es de época almohade debemos concluir que la puerta es almohade, ya que se abre en un muro almohade y sus dos “fases” constructivas (arco de herradura y arco escarzado) estaban edificadas cuando se dispuso la falsa sillería típicamente almohade. Por último, debemos llamar la atención sobre la perfecta sintonía entre la altura y tamaño de los sillares que conforman las jambas del arco de herradura y los que conforman las jambas del portillo. Esta coincidencia se explicaría si ambos arcos se construyeron al mismo tiempo y no en dos momentos distintos. Es decir, del estudio de la decoración y la forma constructiva parece deducirse que la puerta, con sus dos arcos, fue construida en un único momento (con retoques posteriores) y es una obra almohade. Como quiera que sea, estas conclusiones parten del supuesto de que el muro norte es almohade en cualquier otro supuesto deberíamos revisar el esquema evolutivo que hemos expuesto.
La fachada exterior de la Puerta de la Coracha encuentra su mejor paralelo en la portada interior de la Puerta del Capitel en la que también se alternan sillares de granito con ladrillo. Basilio Pavón Maldonado ha resaltado la similitud entre ambas puertas tanto en lo que se refiere a su configuración formal como en la utilización de un mismo tipo de ladrillo (26-13-4). Por otro lado, la Puerta de la Coracha y la portada interior de la Puerta del Capitel están imbricadas en sus respectivas cortinas de un modo muy similar y en ambos casos el trabajo del ladrillo es análogo. Desgraciadamente la portada interior de la Puerta del Capitel ha sufrido innunerables obras de restauración, algunas muy antiguas, que han alterado la morfología de la puerta y posiblemente también han adulterado la fábrica original.
El arco interior de la Puerta de la Coracha encuentra su mejor paralelo en la Puerta del Alpéndiz en la que también se utilizó un arco de medio punto de ladrillo con la clave de granito.
El nombre de la puerta ha generado mucha confusión. En los estudios sobre Alcazaba aparece como Puerta de la Coracha, de la Traición y del Río. Nosotros pensamos que el nombre de la puerta fue el primero de ellos aunque la “tradición” ha popularizado el segundo (11). En los apartados dedicados a las puertas del Río y la Traición expondremos con mayor extensión este asunto, por ahora nos limitamos a señalar que uno de los planos de Badajoz del Krigsarkivet (Archivo Militar, Estocolmo) indica claramente que su nombre era Puerta de la Coracha.
Conocemos pocas obras asociadas a ella durante el siglo XVII. Una de las más importantes se ordenó el día 15 de junio 1637 y tenía como objetivo asegurar el perímetro urbano para evitar la entrada de enfermos de peste (12). Entre las obras que se realizaron para este fin se encontraban varias tapias situadas cerca de la Puerta de la Coracha. El día 23 de julio el Cabildo Municipal acordó
“…que las tapias que se hizieron serca de la puerta de la coraja pª. la guarda de la questa ciud. esta haziendo del mal contajioso se pasen a la misma puerta para que se quede el seruicio y socorro del rrio abierto a los uesinos mas sercanos a el dicho sitio y en ello se gaste lo necesario…” (13)
Con motivo de la Guerra de la Restauración de Portugal (1640-1668) el Cabildo Municipal ordenó la puerta (5 de enero de 1641) (14). Tras la guerra, es posible que fuese reabierta temporalmente o habilitada como portillo de uso militar. Los datos disponibles resultan contradictorios y no permiten dar una respuesta satisfactoria a este asunto. En efecto, el historiador Diego Suárez de Figueroa, que publicó su obra en 1727, apunta que en esos años el castillo sólo contaba con dos puertas (Capitel y Carros). Por el contrario, en los planos de Diego de Bordick (1735) observamos un recinto cuadrado construido delante de la puerta que no aparecía en los planos de comienzos de siglo. Dicho recinto presentaba una entrada acodada lo que pudiera delatar que estaba practicable en esas fechas. En los mismos planos observamos que la puerta no estaba conectada con los caminos de la Alcazaba. Es posible entonces que tan sólo fuese un portillo de uso militar. En cualquier caso en 1803 ya estaba cerrada pues el plano de José de Gabriel (1803) muestra que se había terraplenado y sobre ella había campos de cultivo quedando la puerta sepultada bajo varios metros de tierra. Nicolás Díaz y Pérez también señala que estaba cerrada (1887). En el Informe sobre las fortificaciones de la ciudad del año 1900 no se menciona la puerta dando a entender que estaba cerrada. En 1908 se publicó la obra de Ascensio de Morales y en una nota añadida por el editor se informaba que la puerta se encontraba en esos años cerrada aunque conservaba el pretil del camino asociado a ella (15). Finalmente Torres Balbás (1938) apunta que permaneció sepultada hasta que una primera excavación permitió sacarla a la luz aunque poco después volvió a rellenarse (16). Adelardo Covarsí subraya que la excavación fue realizada por Virgilio Viniegra (17). En la fotografía de la puerta que nos ofrece Garrorena (1929) podemos observar como parte del muro que la tapiaba aparece derribado pero el interior de la puerta se encontraba cegado. Es posible que una persona arrastrándose pudiese entrar pues en algún testimonio de la toma de la ciudad por las tropas franquistas se apunta que algunas tropas penetraron en la Alcazaba por esta puerta.
Una nueva excavación aseguró definitivamente el paso aunque en 1984 Luis Plá lamentaba que el acceso al interior de la Alcazaba resultaba muy complicado pues no existían escalones para superar el potente relleno de escombros (18). 20 años después la situación poco había cambiado y seguíamos sin escalones, sólo una rampa de tierra, semioculta por la vegetación, permitía acceder a la puerta. Afortunadamente en el 2007 se acometió una obra de adecentamiento de la Alcazaba que ha incluido la mejora de este acceso.
Además de la Puerta de la Coracha cada una de las corachas contaba con sus propias puertas. Desgraciadamente, cuando se construyó la carretera de circunvalación se mutilaron las corachas y derribaron sus puertas (19). Antes de abordar las puertas conviene recordar lo que dijimos sobre las corachas
Hasta el siglo XVIII la coracha Oriental formaba un recinto en forma de embudo sin comunicación con el exterior si bien no deberíamos descartar una puerta en su muro Este. El acceso a este espacio cercado se realizaba desde el postigo de la Torre de las Siete Ventanas.
Los planos del siglo XVIII muestran como el recinto que hemos descrito presentaba aberturas tanto en el ángulo NW como en el Norte (planos de Diego de Bordick e Ignacio de Sala respectivamente). Desconocemos si tales aberturas fueron accidentales o intencionadas y en este último supuesto tampoco alcanzamos a determinar su objetivo.
Las lluvias del invierno de 1762 provocaron el derrumbe de la cortina contigua a la Torre de las Siete Ventanas (brecha de las aguas). Es posible que la “coracha” se viese afectada por las lluvias o por la reparación de las mismas.
Los primeros testimonios sobre una puerta en esta zona nos los ofrecen José de Gabriel (1803) y un grabado de Badajoz del año 1823. Ambos muestran una puerta en el muro que unía la Torre de las Siete Ventanas con el Rivillas (coracha Oriental) aunque desconocemos cuando se abrió (20). A nuestro juicio debía dar paso al camino que bordeaba el Guadiana y el Rivillas y unía el Puente de Palmas con los caminos de Mérida y Sevilla pues en los planos de Diego de Bordick (1735) como José de Gabriel (1803) observamos que la puerta se abría justo a continuación del pretil que bordeaba al camino. En 1803 la puerta ya se encontraba tapiada y el camino discurría por aquellos años más cerca de la orilla del río (plano y perfil de de José de Gabriel).
La coracha Occidental que se conserva en la actualidad no es almohade sino que debió construirse a mediados del siglo XVII. En efecto, la coracha “almohade” partía de la Alcazaba a la altura de la Torre del Pendón mientras que la actual parte de un lateral de la Puerta de la Coracha. En la coracha Occidental se abrieron dos puertas.
-La primera se abría en la torre que remataba la coracha (vista de Israel Silvestre, finales del siglo XVII; plano de José de Gabriel, 1803). Tanto Israel Silvestre como José de Gabriel sólo muestran una puerta en la cara Oeste de la torre aunque sospechamos que en la cara opuesta (Este) debía abrirse otra pues el camino que comunicaba el Puente de Palmas con los caminos de Mérida y Sevilla debía atravesar la torre. En caso de necesidad también era posible cerrar dicha comunicación y aislar el espacio comprendido entre las corachas. A nuestro juicio, cuando no fue posible atravesar la torre el camino la bordeó (plano de José de Gabriel, 1803).
-En la coracha más cercana a la Puerta de la Coracha se abría otra entrada de menores dimensiones (vista de Israel Silvestre) que debía comunicar con la liza comprendida entre la Puerta de la Coracha y la Torre del Pendón.
En una puerta situada en el entorno de la coracha sitúa Nicolás Díaz una inscripción que dice:
RLOS
CORE
GIDOR EL SEÑOR
PEDRO DESPINO
SA EL ESCVDO
ES DLA CIVDAD (21)
Una parte importante de la inscripción se ha perdido, por ello, debemos tener presente la trascripción que hizo Nicolás Díaz: 1541 años reinando el gran emperador don Carlos V y siendo corregidor el señor Pedro de Espinosa. El escudo es de la ciudad.
Nicolás Díaz cita la inscripción en varios capítulos de su obra. En una ocasión indica que se encontraba sobre una pequeña puerta que está en la Breva-Cana (22). Suponemos que la Breva-Cana es en realidad la barbacana o la coracha del castillo pues así parece indicarlo el propio autor (23). En otro pasaje se muestra más preciso pues señala que se encontró en
“…los gruesos paredones que aun existen en pie en lo que hoy se llama huerta del Manco y antes el Caño del Castillo, se ve una pequeña puerta sobre la cual estaba el escudo de la ciudad, bajo el que se leía una inscripción…” (24)
Es decir, la inscripción estaba en una puerta situada junto a la Huerta del Manco. La huerta estaba comprendida entre el cauce del río, las murallas que se extienden desde la Puerta de Pajaritos hasta la Alcazaba, las murallas que preceden al frente norte de la Alcazaba y la coracha occidental. Por tanto, en uno de los dos últimos muros se encontraba la puerta y sobre ella la inscripción. Esta ubicación se confirma si tenemos presente que cuando la inscripción se depositó en el Museo Arqueológico se hizo constar que procedía de la Huerta del Manco. Por último, cuando Nicolás Díaz habla de las puertas que pudieron contar con un escudo de la ciudad señala que una de ellas sería
“…una puerta pequeña que está en los muros viejos á las bajadas del castillo junto al Guadiana; porque esta puerta es de la época del emperador Carlos V, y la inscripción que sobre la misma se encuentra, se dice que el escudo de armas que había mas arriba era el de la ciudad. A no haberse destruído este muro, se debe tal vez no conservar hoy un testimonio vivo de las armas dadas á la ciudad por el rey D. Alfonso IX de León…” (25)
De estas palabras parece deducirse que Nicolás Díaz vio la inscripción en un muro que bajaba del castillo al Guadiana y en concreto en una puerta que dicho muro tenía cerca del Guadiana. Todo parece indicar que se estaba refiriendo a la torre-puerta situada al final de la coracha Occidental. Para completar las palabras de Nicolás Díaz y Pérez hemos de recordar que las únicas puertas que conocemos en la linde de la Huerta del Manco se encontraban en la coracha Occidental. Podría parecer que el asunto está zanjado pero resulta que la coracha Occidental debió construirse durante la Guerra de la Restauración de Portugal (1640-1668) y la inscripción se fecha en el año 1541. Es decir, o bien la inscripción estaba removida de su emplazamiento originario cuando la vio Nicolás Díaz o hemos buscar la puerta en otro lugar.
En nuestra opinión deberíamos buscar el emplazamiento originario de la inscripción en algún punto del camino que bordea al río y que tendría su origen en la rampa derecha del Puente de Palmas. Precisamente en la rampa o cerca de ella sería un buen lugar para colocarla. En el Blogs de Fernando de la Iglesia Ruiz (historiasdebadajoz.blogspot.com) se propuso un debate sobre la ubicación de la inscripción que recomiendo
Por otro lado, no parece probable que Nicolás Díaz viese el escudo de la ciudad más bien debió deducirlo del texto de la inscripción. Alberto González, Guillermo Kurtz y Coronada Domínguez de la Concha consideran que la inscripción de la Huerta del Manco se completa con el escudo de la ciudad que luce hoy sobre la puerta de la Galera. El conjunto completo, es decir escudo de la Galera más la inscripción de la Huerta del Manco, conmemoraba la construcción de un camino en el año 1541 (26). Nicolás Díaz no reparó en esta circunstancia y consideró que la inscripción y el escudo de la Galera no formaban parte del mismo conjunto ya que este autor sostenía que el escudo de la Galera procedía de la Puerta de Mérida (27).
No podemos terminar este apartado sin abordar o mejor sin dejar planteado el problema de la ubicación de la Torre de la Coracha. Como ya hemos dicho al tratar de las fortificaciones almohades la primitiva coracha occidental partía de la esquina N.W. de la Alcazaba, es decir, de las inmediaciones de la Torre del Pendón. Por razones que desconocemos esa primera coracha fue demolida y se construyó otra que parte de la Alcazaba a la altura de la Puerta de la Coracha. Esta nueva coracha fue construida durante la Guerra de la Restauración de Portugal y es la que se conserva en la actualidad.
Para localizar la Torre de la Coracha contamos con pocos datos. Comenzaremos con la relación de reformas que el 12 de agosto de 1665 Francisco Domingo se comprometió a realizar en las fortificaciones de Badajoz. Entre esas obras se cita una
“…en la torre de la coraja se a de reparar el portado vn cahiz de cal, ochenta ladrillos, perfecionar vn agujero que sirua de tronera…”(28)
El plano de Badajoz del año 1645 muestra una batería emplazada en la Torre del Pendón y un cuerpo de guardia en la misma zona. Parece entonces que las obras de Francisco Domingo pudieran localizarse en esta torre y el portado que se citada no sea una puerta de la Alcazaba sino la puerta del propio cuerpo de guardia (29).Tampoco debemos descartar que se trate de una puerta situada en la liza pues en los planos de Diego de Bordick (1735) aparece un muro cortando la liza justo a la altura de la Torre del Pendón.
Asimismo en el informe de Luis de Venegas (8 de julio de 1677) cuando se habla del frente amurallado de la ciudad que mira al Guadiana se dice que se extiende entre la torre de la Coraza del Castillo hasta la puerta del puente (Puerta de Palmas) (30). Es decir, parece darse a entender que la Torre de la Coraza o Coracha es la actual Torre del Pendón.
NOTAS.
1.TORRES BALBÁS, L.: “La Alcazaba almohade de Badajoz”, Al-Andalus, V, pág. 189.
2.Tipos, escenas, monumentos y castillos de Badajoz y su provincia (fotos de Garrorena), Badajoz, 1929.
3.COVARSÍ, A.: “Visión arqueológica de Badajoz”, Revista del Centro de Estudios Extremeños, VIII, Badajoz, 1934, pág. 145. Asimismo no debemos confundir la pieza que pudo estar en la puerta con una inscripción que se encontró en sus inmediaciones en tiempos de Solano de Figueroa (MARTÍNEZ MARTÍNEZ, M.R.: Historia del reino de Badajoz durante la dominación musulmana, Edición de Fernando Valdés, Diputación Provincial, Badajoz, 2005, pág. 34).
4.No contamos con documentación suficiente que nos permita fechar la obra. Lo único que podemos hacer es constatar que no aparece en los planos de mediados del siglo XVII y si está representada en los de la primera mitad del siglo XVIII. Desgraciadamente los planos de finales del siglo XVII y los de comienzos del siglo XVIII no tienen la precisión necesaria como para reflejar esta obra (CRUZ VILLALÓN, M.: Badajoz. Ciudad amurallada, Junta de Extremadura, Universitas Editorial, Badajoz, 1999, pp. 44, 50, 52, etc.). El lado oriental de dicho recinto fue derribado (Plano de José de Gabriel, 1803).
5.A.H.P., Badajoz, Prot. 1789, fol. 151. La misma conclusión se extrae de otra escritura, fechada en 1613, que habla de una huerta que linda por una parte con el Rivillas y por otra con un callejón que llaman de la coraxa (A.H.P., Badajoz, Prot. 137, fol. 281).
6.MORALES, A. Crisi histórica de la ciudad de Badajoz, Tipografía y Librería de A. Arqueros, Badajoz, 1908, pág. 205 (not. 2). Debemos puntualizar que en este momento (la nota es de comienzos del siglo XX) la puerta sólo pudo utilizarse después de las excavaciones. No obstante los elementos descritos debían conservarse y por ellos podría deducirse la existencia del mencionado camino.
7.TORRES BALBÁS, L.: “Paseos arqueológicos por la España musulmana. La alcazaba de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, XII-3, Badajoz, 1938, pág. 243.
8.CASTÓN DURÁN, F.: Rincones de la historia extremeña, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja General de Ahorros, Tipografía Viuda de A. Arqueros, Badajoz, 1945, pp. 77, y 79; LOZANO TEJADA, M.: Badajoz y sus murallas, Colegio de Arquitectos de Extremadura, Gafisur, Los Santos de Maimona, 1983, pág. 43.
En la última publicación sobre ella se apunta que es una obra de la época del Reino Afatsí y mantiene aún modos constructivos califales (sic) (MANZANO MARCHIRANT, A.; GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.; MELÉNDEZ TEODORO, A.; CARRASCO CELEDONIO, V.; PORTALO TENA, C.: Badajoz mucho que vez, Asociación de Amigos de Badajoz, Tecnigraf, Badajoz, 2004, pág. 45).
9.PAVÓN MALDONADO, B.; Ciudades y fortalezas Lusomusulmanas, Cuadernos de arte y arqueología, 5, M.A.E., Madrid, 1993, pág. 33.
10.VALDÉS FERNÁNDEZ, F.: “Las etapas constructivas de la alcazaba de Badajoz”, Bataliús, II, Letrúmero, Madrid, 1999, pág. 158.
11.TORRES BALBÁS, L.: “Paseos arqueológicos por la España musulmana. La alcazaba de Badajoz”, op. cit., pp. 245-246.
12.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 15 julio de 1637, ff. 58 y 58v.
13.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 23 de julio de 1637, fol. 82v.
14.En algunos documentos parece intuirse lo contrario. Así, en el relato sobre la traición de los sargentos (año 1652) se dice que uno de ellos salía por la noche a dar aviso a los portugueses por la barbacana que hace el castillo á la Corraja. Es decir, pudo existir una salida vinculada con la coracha aunque los datos que se aportan resultan insuficientes y a falta de otros testimonios no podemos asegurar si se trataba de una puerta o de un lugar fácil de escalar o salir (Relacion en que se declara la traición que dos sargentos de diferentes naciones habían maquinado hacer en la Ciudad de Badajoz, entregando esta Plaza a los Portugueses, el Domingo 7 de abril deste año de 1652, Imprenta de Juan Gómez de Blas, Sevilla, 1652).
15.MORALES, A.: Crisi histórica de la ciudad de Badajoz, Tipografía y Librería de Antonio Arqueros, Badajoz, 1908, pág. 205 (not. 2); SUÁREZ DE FIGUEROA, D.: Historia de la ciudad de Badajoz, Reimpresión de la segunda edición (Badajoz, 1916), Diputación Provincial, Badajoz, 1976, pág. 25. Informe sobre las fortificaciones de la ciudad del año 1900 (MELÉNDEZ TEODORO, A.: “La fortificación de Badajoz en el siglo XX”, Apuntes para la Historia de la Ciudad de Badajoz, vol. III, R.S.E.A.P., Badajoz, 2001, pág. 117).
16.TORRES BALBÁS, L.: “Paseos arqueológicos por la España musulmana. La alcazaba de Badajoz”, op. cit., pág. 244.
17.COVARSÍ, A.: “Visión arqueológica de Badajoz”, Revista del Centro de Estudios Extremeños, op. cit., pp. 151, 152. Adelardo Covarsí señala que la excavación corrió a cuenta de Virgilio Viniegra un oficial de Telegráfos de Badajoz, amante apasionado de la Arqueología, que logró descubrir el pavimento empedrado del camino tras excavar un relleno de cinco metros de potencia.
18.PLÁ ORTÍZ DE URBINA, L.: “Informe sobre la Alcazaba de Badajoz”, I Simposio sobre castillos de la Raya entre Portugal y España, Asociación Española de Amigos de los Castillos, Madrid, 1984, pág. 156.
19.Afortunadamente contamos con abundante documentación para seguir su evolución. Plano que indica perfiles, Diego de Bordick, S.G.E., Madrid, plano número 178; Plano que manifiesta la altura del castillo antiguo de la plaza de Badajoz, José de Gabriel, 1803, S.G.E., Madrid, plano número 159; Perfil compuesto por la longitud de la altura del castillo antiguo de la plaza de Badajoz, José de Gabriel, 1803, S.G.E., Madrid, plano número 159.
20.B.N., Madrid, ER: 2428, lám 8 (1823). Grabado anónimo con una vista de Badajoz;
Francisco Pilo asegura que existe una fotografía de una de las puertas de las corachas (PILO ORTÍZ, F.: Un paseo por la Alcazaba Árabe de Badajoz, Aprosuba-3, Badajoz, 2002, pág. 51).
21.La versión que ofrecemos es la que se desprende de las piezas conservadas (KURTZ SCHAEFER, G. S.; DOMÍNGUEZ DE LA CONCHA, C.: “Epigrafía medieval y moderna del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, LII-2, Badajoz, 1996, pág. 501).
22.DÍAZ Y PÉREZ, N.: España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza é historia. Extremadura, Editorial Daniel Cortezo, Madrid, 1887, pp. 148; GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.: Badajoz cara al Guadiana. Puerta de Palmas y el Puente Viejo (1460-1994), Caja Rural, Badajoz, 1995, pág. 238; GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.: Historia de Badajoz, Universitas Editorial, Badajoz, 1999, pág. 133).
23.En una ocasión, cuando relata la construcción de las nuevas murallas apunta que las mismas se extendían desde el sitio denominado la Breva Cana que arrancaba del castillo, hasta los cubos del puente de las Palmas (DÍAZ Y PÉREZ, N.: España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza é historia. Extremadura, op. cit., 269. En las páginas 147 y 148 volvemos a intuir la misma ubicación).
24.DÍAZ Y PÉREZ, N.: Diccionario histórico, biográfico, crítico y bibliográfico de autores y artistas extremeños ilustres, Vol. II, Madrid, pág. 39.
25.DÍAZ Y PÉREZ, N.: España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza é historia. Extremadura, op. cit., pp. 155-156; GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.: Badajoz cara al Guadiana. Puerta de Palmas y el Puente Viejo (1460-1994), Caja Rural, Badajoz, 1995, pág. 236.
26.Según Alberto González, Guillermo Kurtz y Coronada Domínguez, el texto de la inscripción de la Huerta del Manco toma sentido si se pone en relación con el escudo y la inscripción que se encuentra sobre la Puerta de la Galera
ESTE CAMI
SE HIZO EN EL ANO D
Estos autores consideran que ambas inscripciones formaban parte del mismo monumento y su traducción completa sería: Este camino se hizo en el año 1541 años reinando el gran emperador don Carlos Quinto siendo corregidor el señor Pedro de Espinosa. El escudo es de la ciudad (GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.: Badajoz cara al Guadiana. Puerta de Palmas y el Puente Viejo (1460-1994), Caja Rural, Badajoz, 1995, pág. 236; KURTZ SCHAEFER, G. S.; DOMÍNGUEZ DE LA CONCHA, C.: “Epigrafía medieval y moderna del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, LII-2, Badajoz, 1996, pp. 501-503).
La hipótesis es muy interesante pues la unión de ambas inscripciones es perfectamente compatible pero sólo si aceptamos como verdadera la trascripción que nos ofrece Nicolás Díaz ya que el resto de ellas (Romero Morera, Tomás Romero de Castilla, Antonio del Solar) nos obligaría a repetir de forma consecutiva en tres ocasiones la palabra año o años. Esperemos que nuevos descubrimientos nos ayuden a despejar esta incógnita.
27.Nicolás Díaz considera que el escudo de la Galera y la inscripción de la Huerta del Manco no forman parte del mismo conjunto y sitúa ambos elementos en lugares distintos y en distintas fechas (DÍAZ Y PÉREZ, N.: España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza é historia. Extremadura, op. cit., pp. 155-156). En este caso no estamos de acuerdo con la interpretación que hace Alberto González de las palabras de Nicolás y Díaz (GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, A.: Badajoz cara al Guadiana. Puerta de Palmas y el Puente Viejo (1460-1994), Caja Rural, Badajoz, 1995, pág. 239). En efecto, Nicolás y Díaz sostiene que el escudo de la puerta de la Galera estaba en la Puerta de Mérida y lo fecha en el año 1552. Su obcecación le llega a sugerir en una ocasión que la antigua Puerta de Mérida coincide con la puerta de la Galera (DÍAZ Y PÉREZ, N.: España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza é historia. Extremadura, op. cit., pág 72). Dos páginas más adelante parece rectificar y señala que la Puerta de Mérida se encontraba frente a la Galera aunque para fechar las obras de la Puerta de Mérida utiliza una inscripción con el año 1552 que se encontraba
“…Sobre el pórtico exterior de este edificio (la Galera), como en los dos del piso bajo del mismo, que están á la izquierda, está escrita la fecha de 1552…”
DÍAZ Y PÉREZ, N.: España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza é historia. Extremadura, op. cit., pág. 75, not.1.
En un intento de hacer inteligibles las palabras de Nicolás Díaz los arqueólogos Guillermo Kurtz y Coronada Domínguez proponen que tanto en la Puerta de Mérida como en la puerta de la Huerta del Manco hubiera escudos de Badajoz lo que llevaría a Nicolás Díaz y Pérez a confundir una y otra (KURTZ SCHAEFER, G. S.; DOMÍNGUEZ DE LA CONCHA, C.: “Epigrafía medieval y moderna del Museo Arqueológico Provincial de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, LII-2, Badajoz, 1996, pp. 501-503).
28.CORTÉS CORTÉS, F.: “1640-1668: Fortificaciones en Extremadura”, Revista de Estudios Extremeños, XLII-1, Badajoz, 1986, pág. 196.
29.Tampoco podemos descartar que la Torre de la Coracha sea la que se abre junto a la Puerta de la Coracha (situada en el frente norte de la Alcazaba) aunque sabemos que esta puerta se cerró al comienzo de la guerra y por tanto no parece lógico que se acometiese una reparación de su portado ni que contara con un cuerpo de guardia propio. Por otro lado es posible también que junto a la Torre del Pendón se abriera una puerta, hoy desaparecida, y que precisamente sobre ella se encontrase el escudo de la Galera.
30.I.H.C.M., Madrid, Colección Aparici-XXVIII, fol. 143.
domingo, 28 de octubre de 2007
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8 comentarios:
A comienzos del siglo XX el editor de la obra de Ambrosio de Morales insistía en este mismo asunto.
¿Julian puedes cambiarle el nombre a Ambrosio y ponerle el de Ascensio?
Te lo agradecerá.
OK!.
En muchas ocasiones bautizo a los autores con nombres que no les corresponden. Me suele pasar con Ambrosio en lugar de Ascensio y sobre todo con Abelardo en lugar de Adelardo Covarsi. Con este último tengo que hacer verdaderos esfuerzos pues un vecino del pueblo, que se llamaba Adelardo, todos le conocíamos como Abelardo.
Hoy lunes a las 20:30 y en el Salón de Columnas de la Diputación se celebra una Charla-Coloquio sobre la Raya abaluartada en el marco del II Encuentro Transfronterizo de Revistas de Cultura.
La Charla será pronunciada por Moisés Cayetano.
Aconsejo no asistir a ese acto.
El señor Cayetano ha encontrado un filón en el tema de la Raya y no va a parar hasta conseguir ser nombrado consul de Badajoz en Portugal algo así.
Estoy de acuerdo con éste último comentario. Ya perdió el norte Moises con la política tránsfuga que realizó.
Ahora busca un retiro que satisfaga sus intereses profesionales dado el desastre político que ha tenido. Como funcione en estas instituciones igual que en la política vamos de puto culo.
Recuerdo que mañana lunes a las 20:30 es la conferencia de Fernando Valdés sobre San Agustín y la mezquita de Badajoz.
Espero que como viene siendo habitual pueda reunirse la tertulia.
Pilo ¿podras llegar aunque sea tarde?.
Julián, como pudiste ver, no pude ir a esa conferencia, aunque me dijo Fernando que al final se alargó un poco y a lo mejor me hubiera dado tiempo a ir aunque fuera a la parte final, pero el caso es que no fui y, por lo tanto, me quedé a "dos velas" de lo que el profesor Valdés dijo.
Así que cada vez que puedo entro en este blog y en el de Fernando con la ilusíón de que a uno de los dos o Pacgo Guzman os haya dado por resumir "a grosso modo" qué fue lo que dijo.
A ver cuál de los dos se anima y nos cuenta, aunque sea muy por encima, lo que dijo sobre la ilgesia de San Agustín, porque supongo, que aparte de mi, habrá más gente que tampoco fue, digo yo, e igualmente estarán intereseado en saberlo.
Repasando la sección de José de Gabriel me parece que la puerta tapiada que yo sitúo en la coracha Oriental está en realidad en la Occidental.
Julián García.
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