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martes, 9 de octubre de 2007

Puerta del Capitel

PASA SIN LLAMAR



El miércoles 4 de julio comenzábamos juntos un viaje que pretendía ser una experiencia de divulgación y debate interactivo. Como ya sabéis, mi intención inicial era hacer coincidir cada nueva entrada con uno de los capítulos del trabajo pero la mayoría de los visitantes, por no decir la totalidad, prefiere entradas más cortas y desde luego más ilustradas de modo que fuesen más inteligibles. Por todo ello modificaremos el plan inicial e iremos presentando cada una de las puertas de modo individual.



3. LAS PUERTAS DE LA ALCAZABA

3.1. La Puerta del Capitel

3.1.1. Descripción, análisis y propuesta de interpretación de sus elementos.


La Puerta del Capitel es uno de los símbolos del Badajoz almohade aunque conserva elementos de otros períodos. El profesor Fernando Valdés ha diferenciado dos fases constructivas:

-La primera fase se remontaría al momento de la fundación de la ciudad (siglo IX). Durante el siglo XI fue retocada pero no se modificó su configuración arquitectónica.
-En la segunda fase los almohades reestructuraron completamente la puerta construyendo la estructura acodada que la define desde entonces.

Compartimos la hipótesis planteada por Fernando Valdés aunque preferimos un esquema evolutivo con tres grandes fases:

A. Primera fase (Fig. 1). Como señala Fernando Valdés se remontaría al momento de la fundación de la ciudad. La puerta debió presentar acceso directo, mocheta simple y posiblemente torreones cuadrados para flanquearla (1).

B.Segunda fase (Fig. 2). Los almohades construyen la estructura acodada que conserva en la actualidad, es decir, dos portadas (exterior e interior) separadas por un patio abierto. La portada exterior se construyó con sillería y fue rematada con dos hiladas de sillares de granito (Fig. 3). En la hilada superior los sillares están dispuestos a soga y tizón. Sobre la hilada superior aparece empotrado el capitel que da nombre a la puerta.La portada interior, que ha sido muy retocada en sucesivas y poco respetuosas reformas, está construida con dovelas alternadas de granito y ladrillo (Fig. 4). Basilio Pavón Maldonado ha llamado la atención sobre esta técnica constructiva de la que volveremos a ocuparnos al estudiar la Puerta de la Coracha. Los almohades construyeron también la acitara que se extiende delante del recinto principal de la Alcazaba y conforma un recinto anterior a la puerta propiamente dicha. Dada la polisemia existente en la arquitectura militar no nos atrevemos a encuadrar dicho recinto en algún tipo conocido (¿propugnaculum?, ¿barbacana?, ¿antepuerta?, ¿baluarte?). La Puerta de Yelves estaba precedida por un recinto similar. Dichos recintos presentan una estructura en forma de embudo cuya parte más ancha se dispuso frente a la portada exterior. Seguramente este diseño pretendía facilitar el tránsito rodado hacia la portada exterior. Para este mismo propósito la portada interior de la Puerta del Capitel está desplazada hacia la derecha. Pese a todo, en un momento que no podemos precisar, fue necesario recortar las jambas de las dos portadas (exterior e interior) para conseguir un acceso lo más rectilíneo posible. Este problema lo hemos detectado también en la Puerta del Alpéndiz.
C.Tercera fase (Fig. 5). En el año 1548 se añadió una portada adelantada con objeto de alinear el recinto de la acitara con las construcciones que se venían adosando a la cara externa de la muralla de la Alcazaba.

La portada del año 1548 y la puerta en recodo almohade están unidas por un muro en el que podemos distinguir tres tramos:

-El primer tramo cierra la liza o pasillo definido por la acitara y las murallas de la Alcazaba (Fig. 6.D).
-El tramo central presenta bastante altura y en la parte alta conserva restos de falsa sillería (Fig. 7).
-El tercer tramo sirve de unión entre el tramo anterior y la portada del año 1548 (Fig. 6. C).

En nuestra opinión, los tramos de los extremos (primero y tercero) son adiciones al tramo central que sería el más antiguo. El primer tramo pudo ser un muro de cierre vinculado, seguramente, con los inmuebles que se adosaron a la muralla (casa y mesón de Antonio Morales Contreras) (2). El último tramo debió añadirse con motivo de la construcción de la portada del año 1548. El tramo central, dada su anchura y fortaleza, parece una obra más vinculada con la arquitectura militar que con la civil. Sospechamos que este muro (en su tramo central) es en realidad la vieja acitara almohade que conformaba delante de la Puerta del Capitel un recinto muy similar al que se extendía delante de la Puerta Yelves (plano del Krigsarkivet, Estocolmo). En cualquier caso, ni la falsa sillería ni la similitud formal con el recinto la puerta de Yelves son evidencias bastantes como para establecer sobre ellas la cronología de la obra (3).

Entre los elementos de la puerta destaca el capitel romano que luce la portada exterior. La presencia de spolia, es decir, piezas significativas reaprovechadas procedentes de otros monumentos anteriores, es habitual en las construcciones musulmanas. El profesor Juan Zozaya señala que los spolia suelen colocarse en lugares representativos y visibles (4).

Por su parte, el profesor Fernando Valdés considera que la presencia del capitel en un lugar tan señalado y visible tenía un valor más simbólico que decorativo

“...Se trató de subrayar, por medio de elementos escultóricos procedentes de un edifico anterior, (...) la legitimidad de la dinastía indígena y la propia del Islam y de la omeya (...) La continuidad del capitel en la siguiente fase era no sólo un acto de respeto (...) hacia el fundador de la ciudad por parte del Califato Almohade, también una reafirmación de la dinastía, que se preciaba de continuar la legitimidad de los Omeyas...” (5)

Patrice Cressier ha insistido también en la reutilización de elementos preislámicos en obras levantadas por los musulmanes (6). J. L. de la Barrera ha estudiado el capitel que luce la puerta y ha determinado que procede de Mérida (7).

La torre y el patio interior de la Puerta están decorados con un motivo de falsa sillería que figura sillares pequeños (Fig.8). Este motivo decorativo está presente en otras puertas (Alpéndiz, Coracha, etc.) y en general era muy común en Badajoz. Así, cuando en 1604 Manuel Severím visitó nuestra ciudad se sorprendió de la enorme proliferación de edificios que tenían una decoración realizada con un revoco de cal raspada com que fingem cantaria (8). En el caso de la torre, la falsa sillería cubre totalmente su paramento desde el pie hasta las almenas. Por el contrario, en el patio interior la falsa sillería sólo alcanza hasta media altura ya que la parte superior estaba encalada (una solución que se repite en el patio de la Puerta del Alpéndiz).

3.1.2. La puerta en la Edad Moderna.

La Puerta del Capitel fue la más importante de la Alcazaba durante el dominio musulmán. La conquista cristiana no la restó protagonismo pues durante años los cristianos se acomodaron en los mismos espacios que antes habían ocupado los musulmanes. En efecto, como era habitual, el palacio musulmán pasó a dominio del Rey (Almacén del Rey). Posteriormente la Corona cedió el inmueble al Obispado que lo habilitó como Palacio Episcopal. Asimismo, la mezquita del palacio islámico se transformó en la primera catedral de Badajoz. A estas construcciones hemos de sumar las ermitas e iglesias del castillo (Rosario, Consolación, San Pedro, Santiago y Calatrava), la Audiencia, sinagoga, varios palacios y casonas señoriales, el mercado (calle de los Azogues), etc. La Puerta del Capitel, como canalizadora del flujo vecinal entre la ciudad baja y la Alcazaba, se consolidó como la puerta principal del Castillo.

A diferencia de otras entradas que eran cerradas o tapiadas en caso de emergencia (guerra, peste, etc.) la Puerta del Capitel no llegó a cerrase en ningún momento. Curiosamente las actuaciones y reformas que tenemos documentadas a lo largo del siglo XVII son muy escasas.

Cuando se inició el conflicto con Portugal (guerra de la Restauración de Portugal, 1640-1668) las autoridades municipales ordenaron cerrar (tapiar) las entradas de la Alcazaba salvo las puertas del Alpéndiz y Capitel. El 5 de enero de 1641 el Cabildo Municipal reconsideró su primera decisión y acordó tapiar también las puertas del Alpéndiz y la Coracha. La medida no tardó en ejecutarse pues el 26 de enero se ordenó librar el dinero para pagar a Francisco Hernández Manzano que había tapiado la Puerta del Alpéndiz (9). Asimismo, y por orden del conde Frigiliana, se dispuso un cuerpo de guardia en la Puerta del Capitel que era la única que debía permanecer abierta.

El 4 de marzo de 1641 se acordó colocar un rastrillo en la primera puerta. La cita no es muy precisa pero suponemos que se refiere a la portada construida en el año 1548 aunque no podemos afirmarlo con rotundidad (10).

Con estas primeras medidas se pretendió acondicionar la Alcazaba como cuartel, almacén para la artillería y sobre todo un puesto de retirada en caso de peligro (11). Por todo ello, el uso civil de la puerta quedó subordinado a las necesidades que imponía la guerra. Como ya hemos dicho, en el acuerdo municipal del 5 de enero de 1641 se estableció que la única puerta abierta de la Alcazaba habría de ser la del Capitel y en un documento de 1652 se dice

“…O castello tem huma porta que sae pera a cidade e á companha que entra de guarda todas as noites tem cuidado de a fechar as noue da noite e abrir pella memham…” (12)

Es decir, la Puerta del Capitel se cerraba todas las noches (entre las nueve de la noche y la madrugada). De este modo la Alcazaba quedaba aislada del resto de la ciudad y en caso de ataque se convertía en el último bastión defensivo.

Las obras no se limitaron a los elementos militares ya que el Cabildo Municipal también ordenó empedrar la calzada (1644), reparar el arco de la puerta del castillo, fijar unas columnas a la torre situada junto a ella (Antonio Bravo, 1657), etc (13).

3.1.3. Los nombres de la puerta.

Dejando a un lado las obras y reparaciones hemos de incidir en un aspecto que ha provocado cierta confusión: los distintos nombres con los que fue conocida.

En el “ejercicio económico” del cabildo catedralicio correspondiente al periodo 1439-1440 se recoge un censo que pagaba el judío Menahen por una casa situada a la puerta del castillo (14) Aunque no podemos asegurar que se refiera a la Puerta del Capitel si debemos recordar que la Puerta del Capitel fue conocida tradicionalmente como la Puerta del Castillo. Pese a todo, la documentación recoge otros nombres que pasamos a exponer.

Los documentos publicados José Manuel González resultan especialmente significativos. El primer documento se remonta al año 1525 y se refiere a unas casas habitadas por un mercader llamado Hernán Hernández. Las casas se ubicaban en lo que después será el mirador de la ciudad y hoy la comisaría de la Plaza Alta. En el deslinde de dichas casas se apunta que estaban junto a la puerta del baluarte del Castillo (15). Hernán Hernández era un judío converso que debió tener problemas hasta el punto que la Inquisición le confiscó la casa. En 1540, El librero Ambrosio de Salamanca compró la casa. En el deslinde del inmueble se vuelve a insistir en que limitaban con la puerta del castillo que se dice del Valuarte (16) Sospechamos que la puerta mencionada en 1525 y 1540 (Puerta del Baluarte) se corresponde con la Puerta del Capitel, o mejor, con la puerta de la acitara que debió existir antes de que se construyera la portada del año 1548. Es decir, resulta plausible que el recinto que precedía a la Puerta del Capitel se conociese como el baluarte. Tal denominación pudiera parecer moderna pero por las mismas fechas se citan baluartes en otras fortificaciones y siempre asociados a puertas (Alcazaba de Mérida, 1498; Barcarrota, 1535; Portezuelo, 1544; Piedrabuena, 1547; Magacela, 1619) (17).

Como ya hemos dicho, en 1548 se construyó una portada adelantada que daba acceso al “baluarte”. Es posible que desde entonces el conjunto formado por la vieja puerta (Puerta del Capitel) y la nueva (portada del año 1548) recobrase su vieja denominación de Puerta del Castillo. Esto al menos es lo que parece deducirse de varios documentos:

-Rodrigo Dosma (siglo XVI) la identificaba como la puerta del castillo (18).
-Año 1570. Juan de Alvarado vende a Rodrigo Moscoso una vivienda que se encontraba frontero de la puerta del castillo (19).
-Año1587. Francisco Flores se comprometió a no pasar por la Plaza salvo que pueda salir del castillo por la puerta que sale a la plaça (20).
-Año 1588. Se alquila el mesón de Antonio Morales Contreras que lindaba con la Plaza Pública, la Cárcel y con la puerta del castillo (21). En otra escritura del mismo año, Antonio Morales impone un censo sobre unas propiedades que tenía en la Plaza (casa y mesón) cuyos linderos eran de una parte la carcel publica y de la otra parte con la puerta del castillo (22).

No obstante, a comienzos del siglo XVII, Gil González Dávila señalaba que existían en Badajoz nueve puertas

“...Puerta Nueva, Puerta de la Traicion, Puerta de Santa Marina, Puerta de la Trinidad, Puerta de Mérida, Puerta de las Angustias, Puerta de los Pelambres, Puerta del Rio, Puerta del Alpendiz...” (23)

Todas las entradas que cita Gil González son conocidas salvo una: la Puerta de las Angustias. Por exclusión podemos asegurar que la Puerta de las Angustias no se encuentra entre las que enumera Gil González Dávila, es decir, las puertas de Palmas, Traición, Santa Marina, Trinidad, Mérida, Pelambres, del Río y Alpéndiz. Por la misma razón debemos suponer que es una de las puertas que no menciona (Capitel y Coracha). Para localizarla utilizaremos dos escrituras notariales contemporáneas a Gil González Dávila. El primer documento es una escritura de reconocimiento de censo sobre unas casas situadas

“... al castillo a la puerta della entrada del dho castillo de aquel cabo de la Ymagen de nuestra Sª de las angustias enstrando en el castillo a mano izquierda que tiene dos piezas bajas y un corral y linda de una parte con el muro y torre de la dicha puerta del castillo y de otra con casas que fueron de lope garcia, sastre que al presente vive diego sanabria y por otra parte con la plazuela de las casas principales de Doña Isabel Aguilar que posee doña Elvira, viuda que fue de Juan Rodriguez de mora...” (24)

La trama urbana que describe el documento anterior aparece confirmada en otra escritura de venta e imposición de censo por parte del citado Juan López García, sastre a la puerta del castillo, y sus hijas. En este caso la casa sujeta al censo se encontraba

“...En el castillo della a la puerta que alindan con casa de dg. Sanabria y con el muro del castillo y con la calle real y por las espaldas con la plazuela della do mora...” (25)

Las dos escrituras mencionan una puerta del castillo vinculada con una imagen de la Virgen de las Angustias aunque ninguna de ellas la identifica. Este lapsus queda aclarado si recordamos que la Puerta del Capitel se conoció como la Puerta Principal del Castillo o simplemente la Puerta del Castillo. En efecto, el capitel que luce la puerta llamó la atención de los estudiosos pero no dio nombre a la puerta hasta bien entrado el siglo XX. Así, Rodrigo Dosma señalaba que en Badajoz muchas construcciones reutilizan materiales romanos:

“...Piedras hay en muchas partes de columnas, basas y capiteles (...). Haylas en los templos de S. Juan, S. Francisco, S. Agustin, S. Pedro y otros; en los portales de la plaza; sobre la puerta del castillo, en los muros y especialmente en la que fué sée de Santa Maria...” (26)

Es decir, no identifica a la puerta por su capitel. Si continuamos con el recorrido histórico comprobaremos que hasta fecha reciente la puerta del castillo no aparece como Puerta del Capitel:

-Año 1636. Se escrituran unas casas en la plaza enfrente de la Puerta del Castillo (27).
-En 1640 y 1641 el Cabildo Municipal se refiere a ella como la puerta principal que sale a la plaza (28).
-Año 1643. El carpintero José de Quirós y su esposa imponen un censo a favor de la Cofradía de San José. En el documento correspondiente se dice que los otorgantes vivían en una casa sita frente a la Puerta del Castillo (29).
-Año 1674. La Cofradía de San José ordenó reconstruir las casas de José de Quirós situadas frente de la puerta del castillo.
-Año 1694. Se vuelven a mencionar los inmuebles de Antonio Morales Contreras que hemos citado en 1588 y de nuevo en su deslinde se apunta que se encontraban entre la Puerta del Castillo y la Cárcel.
-Para finalizar el siglo haremos mención a otra escritura, fechada en 1697, sobre unas casas de Fray Juan y Fray Pedro de Vera. Las citadas casas estaban en la Plaza y se especifica que

“…Son las que llaman las pintadas En que estta un Balcon de la Ciudad (Comisaría de policía de la Plaza Alta) y Lindan Con Puerta del Castillo…” (30)

En el siglo XVIII tampoco documentamos cambios. Entre los hitos más significativos destacamos los siguientes:

-Suárez de Figueroa apuntaba que en su tiempo el castillo sólo tendía dos puertas abiertas una, la principal, que va a la ciudad y otra, que (…) llaman de los Carros (31).
-En la Continuación de la Historia Eclesiástica se vuelve a identificar como la puerta del Castillo (32).
-En 1731, los maestros alarifes Diego Rodríguez y Pedro Acedo deslindan la casa pintada que estaba en la plaza junto al Arco del Peso. Entre los linderos de dichas casas se encontraba la puerta principal del castillo (33).
-En las respuestas particulares al Catastro de Ensenada se incluyen dos nuevas menciones a la Puerta del Castillo (34).
-El 14 de enero de 1771 se escrituran unas casas que poseía la Cofradía de San José frente de la puerta del Castillo (35).

Por último, en el informe anual de la Comandancia de Obras de Badajoz, correspondiente al año 1900, se dice del castillo

“... Tiene su puerta de entrada de dos hojas. En el interior de este Castillo existen los edificios siguientes (...) cuerpo de guardia inmediato a la puerta de carros con un solo local, una puerta y una ventana; inmediato a este la “puerta de Carros”, de dos hojas, completa de herrajes...” (36)

Parece evidente que la primera puerta que se menciona en el informe es la Puerta del Capitel. Es decir, en 1900 sigue apareciendo como la puerta principal o la puerta de entrada.

Si tomamos la abundante cartografía militar de la ciudad nos encontramos con el mismo hecho. En efecto, los distintos planos se refieren a ella con idénticos términos: planos del Krigsarkivet (mediados del siglo XVII); Juan Muñoz Ruesta (1698); Anónimo (1704); Anónimo (1739); de Gabriel (1803); Francisco Iznardo (1844); Francisco Coello, etc.

Los eruditos y estudiosos tampoco hablan de la Puerta del Capitel hasta bien entrado el siglo XX. Así, Nicolás Díaz y Pérez se refiere a ella como la puerta del castillo (37). Algunos años después, José Ramón Mélida describió la puerta y el capitel. Este autor hace una descripción minuciosa de la puerta y en ningún momento la denomina Puerta del Capitel (38).

Para concluir este repaso bibliográfico resultan muy ilustrativas las palabras de Garrorera, Tirso Lozano Rubio, Adelardo Covarsí y Leopoldo Torres Balbás que a nuestro juicio cierran cualquier polémica sobre este asunto. El primero de ellos (1929) se refería a la Puerta del Capitel como Puerta mudéjar que da acceso al recinto amurallado del castillo (39). Tirso Lozano Rubio (1930) cuando habla de la puerta señala que era la principal del castillo y resalta la presencia de un magnífico capitel que se encuentra empotrado en ella (40). A. Covarsí, en un trabajo de 1932, denomina a la actual Puerta del Capitel como puerta Fortificada retomando el nombre que le adjudicó J. R. Mélida en su Catálogo Monumental. Este parece ser el primer intento por bautizar a la puerta con un nombre que la identificara e individualizara de forma clara (41). En otro trabajo ligeramente posterior (1934) A. Covarsí señalaba

“…todavía continúa a nuestra vista un magnífico capitel de pilastra romana, empotrado encima de la puerta árabe fortificada que es entrada principal del castillo…” (42)

Más ilustrativas son las palabras de Leopoldo Torres Balbás que en 1938 (sólo seis años más tarde) decía que

“…De las dos puertas del recinto almohade que se conservan en la alcazaba de Badajoz, la que debió ser la principal, por comunicar con el núcleo central de la ciudad vieja, llamada por algunos del Capitel, por el corintio romano de pilastra con que se adorna su parte superior…” (43)

En un trabajo posterior, Leopoldo Torres Balbás deja resuelto el asunto pues al referirse a la puerta principal de la Alcazaba dice llamada modernamente del Capitel (44).

La nueva denominación de la puerta no debió ser aceptada inmediatamente o al menos no fue de uso común hasta algunos años más tarde pues en 1949 Fernando Castón sigue identificándola como la puerta principal.

Tras este breve recorrido bibliográfico parece evidente que el capitel sirvió para caracterizar a la puerta pero no le prestó su nombre hasta el segundo tercio del siglo XX. Francisco Pilo considera que el autor del nombre pudo ser Cánovas Pesini. Me parece una idea muy acertada pues el propio Torres Balbás parece dejar entrever esta autoría. Por otro lado, las propias reticencias de Fernando Castón a utilizar el nombre de Puerta del Capitel pudieran apuntar en esa misma dirección.

Parece claro que los documentos que hemos expuesto parecen verificar la igualdad: Puerta del Baluarte=Puerta del Castillo=Puerta de las Angustias=Puerta del Capitel. Pese a todo, es necesario recordar que Gil González menciona en otro capítulo de su obra a la puerta del Castillo. Podríamos pensar entonces que la Puerta de las Angustias no se correspondería con aquella. En realidad, en esta segunda ocasión Gil González Dávila lo único que hace es repetir un párrafo casi completo de Rodrigo Dosma y por ello se refiere a la puerta tal y como lo hizo este autor (45).

Respecto al origen del nombre (Puerta de las Angustias) debemos vincularlo con la imagen de la Virgen de las Angustias que durante algún tiempo se expuso en la puerta. En este sentido debemos señalar que entre los distintos elementos que están asociados a la puerta observamos dos que por su tipología podrían relacionarse con la exposición pública de imágenes religiosas. El primer elemento es una hornacina, cubierta con una venera, en la cual pudo estar depositada la imagen de la Virgen de las Angustias. La existencia de esta hornacina llamó la atención de Matías Lozano aunque no llegó a relacionarla con ninguna imagen en particular (46). Por otro lado, la bóveda que cubre la mitad S.E. del patio interior también pudo levantarse con la finalidad de proporcionar un marco digno a una imagen religiosa.

Como quiera que fuese, el nombre de Puerta de las Angustias no perduró. Nos atrevemos a sugerir que Gil González Dávila identificó la puerta con la advocación de la Virgen que se veneraba en ella siguiendo una norma que parece cumplirse en unos casos (Puerta de Ntra. Sra. del Pajarito y Puerta de Ntra. Sra. del Pilar) y en otros no (Ntra. Sra. de los Ángeles-Puerta de Palmas y Ntra. Sra. de Tentudía-Puerta de Mérida). Por otro lado, esta denominación no llegó a consolidarse pues sospechamos que la imagen de Nuestra Señora de las Angustias se trasladó a la Puerta de la Trinidad. En efecto, el 29 de agosto de 1639 se solicitó construir una capilla en la Puerta de la Trinidad para una imagen de la Virgen de las Angustias (47). Las Actas del Cabildo Municipal que recogen este acuerdo no precisan el origen de la imagen aunque no podemos descartar que procediera de la Puerta del Capitel. Con el traslado de la imagen la puerta perdió uno de los elementos que podrían haberla caracterizado y siguió siendo conocida como la puerta del castillo. La imagen de la Virgen de las Angustias tampoco permaneció mucho tiempo en la Puerta de la Trinidad. En efecto, en el mes de agosto de 1761 se decidió retirar las imágenes que estaban en las puertas de acceso a la ciudad

“...colocando a Nuestra Señora de los Angeles (que estaba en la Puerta de Palmas) en el Hospital de la Cruz; la de el Pajarito que se hallaba encima de esa puerta, en la Parroquial iglesia de Santa María; y a la de Tentudía, de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de Concepción...” (48)

Si tenemos presente que la retirada de las imágenes se realizó para evitar los disturbios que había originado la inmunidad eclesiástica, parece lógico suponer que de existir una imagen en la Puerta de la Trinidad se hubiera ordenado retirarla como las demás. Por tanto, si no aparece citada en la relación anterior podemos deducir que la imagen debió ser trasladada cuando se derribó la vieja Puerta de la Trinidad (finales del siglo XVII).


3.1.4. Notas



1.Es posible que al menos uno de los borjes que flanqueaban la primera puerta se conserve embutido en el muro contiguo a la portada exterior. En nuestra opinión, la fachada exterior de la Puerta del Capitel está adosada al borje aunque es visible la sutura entre ambos (borje y fachada). El saliente del borje podemos apreciarlo si comparamos la anchura de la portada exterior en su cara interior y exterior. La diferencia entre ambas podría marcar el saliente del borje.
El extremo opuesto del borje tampoco es visible ya que el regruesado de la cortina lo ha devorado. En esta ocasión también se aprecia la sutura del regruesado de la cortina contigua al borje. Por último el quiebro que presenta la acitara en la zona más cercana a la puerta pudiera delatar también la existencia del borje.
Asimismo no descartamos que los almohades se viesen obligados a recortar el saliente del borje con objeto de facilitar el paso hacia la portada exterior.
2.En esta zona se construyó una casa que después se dividió en dos moradas. El inmueble pasó de Hernando de Morales a Diego Alvitez (1507) y después a Antonio de Morales Contreras (GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico. A.H.P.B., Junta de Extremadura, Tecnigraf, Badajoz, 2006, pp. 106 y 107; A.H.P., Badajoz, Prot. 118, 4 de julio de 1588).
3.VALDÉS FERNÁNDEZ, F.: En torno al Badajoz Islámico. Trabajos sueltos de arqueología andalusí, Colección arte/arqueología, Diputación Provincial, Badajoz, 2001, pág. 22.
4.ZOZAYA, J.: “¿Fortificaciones tempranas?”, Actas del I Congreso de Castellología Ibérica, Diputación Provincial, Palencia, 1998, pp. 78 y 103.
5.VALDÉS FERNÁNDEZ, F.: En torno al Badajoz Islámico. Trabajos sueltos de arqueología andalusí, op. cit., pág. 23; Más explícitas son sus observaciones en este mismo sentido cuando se ocupa del aljibe de la alcazaba de Mérida (VALDÉS FERNÁNDEZ, F.: “El Aljibe de la Alcazaba de Mérida y la Política Omeya en el Occidente de al-Andalus”, En torno al Badajoz Islámico. Trabajos sueltos de arqueología andalusí, op. cit., pp. 53-55).
6.GRESSIER, P.: “El acarreo de obras antiguas en la arquitectura islámica de primera época” Cuadernos emeritenses, 17, Mérida, 2001, pág. 315.
7.BARRERA, J. L.: “Capiteles romanos del Museo de Badajoz”, Museos, 1, 1982.
8.MARCOS DE DIOS, A.: “Itinerario Hispánico del Chantre de Evora, Manuel Severim de Faria, en 1604” Revista de Estudios Extremeños, XLII-1, Badajoz, 1986, pp. 146-147. La filiación cultural de la falsa sillería que cubre la puerta es difícil de establecer. En cualquier caso tenemos documentadas varias reformas. En 1841 debió efectuarse una actuación que afectó a este elemento. Posteriormente se superpuso otra decoración de falsa sillería que corta a las anteriores creando dos despieces distintos que se cortan y superponen. Es posible que estas obras se realizasen en tiempos de Menéndez Pidal aunque no tenemos constancia de ello.
9.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 26 de enero de 1641, fol. 13v. Sabemos que el cuerpo de guardia fue construido pues aparece representado en el plano de Badajoz del año 1645 (SÁNCHEZ RUBIO, C. Mª.; SÁNCHEZ RUBIO, R.: Badajoz en el Krigsarkivet. El hallazgo de la visión más lejana, Excmo Ayuntamiento, Badajoz, 2003). En el plano de José de Gabriel podemos observar dicho cuerpo de guardia a derecha de la puerta y adosado a la muralla del castillo. En algunos documentos el cuerpo de guardia aparece identificado como el vivac (GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, A.H.P.B., Junta de Extremadura, Tecnigraf, Badajoz, 2006, pág. 79, not. 16).
10.A.H.M., Badajoz Libro de Acuerdos, 4 de marzo de 1641, fol. 1641.
11.En el capítulo dedicado a las fortificaciones hemos visto que tras iniciarse la guerra una de las primeras actuaciones fue precisamente construir un almacén para artillería en la Alcazaba.
12.B.N., Lisboa, Códice 1459, fol. 98v.
13.La obra de la calzada importó 57 reales (A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 12 de septiembre de 1644, fol. 7). La reparación del arco y la fijación de las columnas las realizó Antonio Bravo que el día 9 de diciembre reclamó su importe a las autoridades municipales (A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 9 de diciembre de 1657, fol. 80. La descripción de estas obras es muy escueta aunque sospechamos que el arco reparado fue el construido en 1548).
14.KURTZ SCHAEFER, W.: “Judíos en Badajoz: algunas notas a partir de la documentación de la documentación del Archivo Catedralicio de Badajoz”, Pax et Emerita, 1, Arzobispado de Mérida-Badajoz, Tecnigraf, Badajoz, 2005, pág. 445).
15.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pág. 80.
16.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pág. 80, not. 18.
17.GARRIDO SANTIAGO, M.: “Notas sobre la fortaleza santiaguista de Mérida antes de ser conventual”, Norba/Arte, VI, Universidad de Extremadura, Cáceres, 1985, pp. 49 y 55; NAVARREÑO MATEOS, A.: Aportaciones a la historia de la arquitectura en Extremadura. Repertorio de artistas y léxico de alarifes, Universidad de Extremadura, Cáceres, 1988, pág. 77.
18.DOSMA DELGADO, R.: Discursos Pátrios de la Real Ciudad de Badajoz, op. cit., pág. 66.
19.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pp. 109 y 110.
20.A.H.P., Badajoz, Prot. 30, 11 de septiembre de 1587.
21.A.H.P., Badajoz, Prot. 118, 4 de julio de 1588.
22.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pág.107.
23.GONZÁLEZ DÁVILA, G. Theatro eclesiástico de la ciudad y santa iglesia de Vadajoz, Salamanca, 1618, pág. 3; BARRANTES, V.: Aparato bibliográfico para la historia de Extremadura, Unión de Bibliófilos y Editora Regional de Extremadura, Badajoz, 1999, vol. I, pág. 122.
24.A.H.P., Badajoz, Prot. 1355, fol. 461.
25.A.H.P., Badajoz, Prot. 40, fol. 482.
26.DOSMA DELGADO, R.: Discursos Pátrios de la Real Ciudad de Badajoz, Biblioteca Histórica-Extremeña, Imp. de la Viuda de Artega y Compañía, Badajoz, 1870, pp. 66-67.
27.GUERRA GUERRA, A.: “Ciento setenta y dos años de vida del Hospital de la Concepción de Badajoz de 1564 a 1736”, Revista de Estudios Extremeños, XXXVIII-3, Badajoz, 1982, pág. 429.
28.GARCÍA BLANCO, J.: Las fortificaciones de Badajoz durante la Guerra de la Restauración de Portugal (1640-1668), Aprosuba -3, Badajoz, 2001, pág. 18; A.H.M., Libro de Acuerdos, 5 de enero de 1641, fol. 2v.
29.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pág.140, not. 54.
30.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pág. 124.
31.SUÁREZ DE FIGUEROA, D.: Historia de la ciudad de Badajoz, Diputación Provincial, Badajoz, 1976, pág. 25.
32.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pág. 65.
33.CASTÓN DURÁN, F.: Viejos valores pacenses, Tipografía Viuda de A. Arqueros, Excmo. Ayuntamiento, Badajoz, 1949, pp. 82-83.
34.GONZÁLEZ GONZÁLEZ, J M.: La Plaza Alta de Badajoz. Estudio histórico y artístico, op. cit., pp. 300 y 303.
35.MIRA CABALLOS, E.: Hermandades y Cofradías en Badajoz y su partido a finales de la Edad Moderna, Junta de Extremadura, Badajoz, 2002, pág. 126.
36.MELÉNDEZ TEODORO, A.: “La fortificación de Badajoz en el siglo XX”, Apuntes para la historia de la ciudad de Badajoz, Tomo III, R.S.E.E.A.P., Badajoz, 2001, pág. 117.
37.DÍAZ Y PÉREZ, N.: España sus monumentos y artes, su naturaleza e historia, Editorial Daniel Cortezo, Barcelona, 1887, pág. 71.
38.MÉLIDA, J. R.: Catálogo monumental de España. Provincia de Badajoz, Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, Madrid, vol.I, pág. 377; vol.II, pág. 133; vol.III, lám. CXXXIII.
39.Garrorena cuando se ocupa de la Puerta de la Coracha señala

“…Puerta mudéjar, en el Castillo, hoy cegada, que el vulgo llama de la Traición…”

Es decir, Puerta mudéjar no identifica a una puerta concreta sino al “estilo artístico”. En la fotografía que nos ofrece este autor se aprecia que el capitel estaba rodeado de ladrillos. En la actualidad el capitel está empotrado directamente en la mampostería del muro (GARRORENA, F.: Informaciones gráficas. Tipos, escenas, monumentos y castillos de Badajoz y de su provincia, Badajoz, 1929).
40.LOZANO RUBIO, T.: Historia de Badajoz. Apéndices de la Historia del Dr. Mateos, Arqueros, Badajoz, 1930, pp. 213 y 273.
41.COVARSÍ, A.: “Extremadura artística. Los monumentos históricos-artísticos de la provincia de Badajoz. Alcázar, Torre de Espantaperros, y Recinto de Badajoz”, Revista de Estudios Extremeños, VI-1, Badajoz, 1932, pp. 23-24. En otros trabajos vuelve a identificar a la puerta con el mismo nombre (COVARSÍ, A.: “Extremadura artística”, Extremadura, Imprenta del Hospicio, Badajoz, pág. 52).
42.COVARSÍ, A.: “Visión arqueológica de Badajoz”, Revista del Centro de Estudios Extremeños, VIII, Badajoz, 1934, pág. 145. Más adelante vuelve a referirse a la Puerta del Capitel como la gran puerta fortificada, que hoy sigue siendo entrada principal del castillo (COVARSÍ, A.: “Visión arqueológica de Badajoz”, Revista del Centro de Estudios Extremeños, op. cit., pág. 150).
43.TORRES BALBÁS, L.: “Paseos arqueológicos por la España Musulmana. La alcazaba de Badajoz” Revista de Estudios Extremeños, XII-3, Badajoz, 1938, pp. 250, 250 bis, 353, 255 y 261.
44.TORRES BALBÁS, L.: “La alcazaba almohade de Badajoz “, Al-Andalus, pp. 179, 256 (not.1).
45.GONZÁLEZ DÁVILA, G. Theatro eclesiástico de la ciudad y santa iglesia de Vadajoz, op. cit., pág. 10.
46.LOZANO TEJADA, M.: Badajoz y sus murallas, Colegio de Arquitectos de Extremadura, Grafisur, Los Santos de Maimona, 1983, pág. 32. En una fotografía de 1908 no se aprecia la hornacina aunque el encuadre no parece llegar a ella. PILO ORTÍZ, F.: Un paseo por la Alcazaba Árabe de Badajoz, Aprosuba-3, Badajoz, 2003, pp. 137, 153 (not.3).
47.A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, días 29 de agosto de 1639, 1 y 5 de septiembre, ff. 201, 202v, y 203.
48.HERNÁNDEZ TOLOSA, L.: Badajoz en el siglo XVIII, Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, Trujillo, 1992, pág. 23.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a todos los visitantes.

Esta tarde con el asesoramiento de Luis y tras pelearme con la máquina he coseguido publicar, o eso creo, una nueva entrada sobre la Puerta del Capitel cuando pueda volveré a la liza para completar e ilustar el texto con los gráficos y las fotos que ya tengo pero que no he conseguido encajar en el texto.

Anónimo dijo...

borjes: Julian dinos a los humanos que significa este término técnico que utilizas.

Anónimo dijo...

borjes es el nombre de una torre pequeña, tanto en planta como en alzado, que se adosa a una cortina(muralla)para reforar el muro, flanquear la cortina contigua y cruzar fuegos con otras torres próximas, flanquear algún elemento concreto(una puerta), etc.Para entendernos sería una pequeña torre adosada a la muralla.
En mi modesta opinión la primera Puerta del Capitel, es decir la marawaní y aftasí, estaba flanqueda por dos pequeñas torres de planta cuadrada y muy próximas. Podemos visualizar la puerta si imaginamos una puerta debajo de la hornacina que se observa cuando entramos por la puerta de 1548. A ambos lados de ella estarían los dos borjes.
El mejor ejemplo para visualizar como imagino la primera puerta lo encontramos en la puerta de la Alcazaba de Mérida (la que conserva sobre ella la inscripción).