visitantes

sábado, 21 de marzo de 2009

Juan I. 11 de mayo de 1396




En 1395 el rey Don Joao I ordenó apoderase de Badajoz y Alburquerque pues consideraba que ambas poblaciones debían pasar a dominio portugués como pago por una deuda de 1.000 doblas que el rey Castellano no había satisfecho.

El cerebro de la operación fue Martim Afonso de Melo al que el rey Don Joao había encomendado la misión de ocupar ambas poblaciones. Este personaje se instaló en Campomayor y algunas noches se desplazaba hasta Badajoz o Alburquerque para espiar como se rondaba la muralla, la situación de los guardias, etc.

El gran protagonista de esta historia será Gonzalo Eanes Cao, un escudero que se había trasladado a Badajoz con su mujer e hijos tras cometer un asesinato en Elvas. Martim Afonso estaba al tanto de las andanzas de este personaje y concertó con él una entrevista en Campomayor. El único propósito era captarle para la causa portuguesa. En dicha entrevista Gonzalo Eanes no sólo aceptó la oferta de Martim Afonso sino que le aseguró que podía apoderarse de Badajoz si le proporcionaban hombres y una escala pues por las noches en las murallas de Badajoz sólo había centinelas en las puertas y entre una y otra había gran trecho (1).

Cuando Gonçalo Eanes volvió a Badajoz midió la altura de la muralla para construir la escala aunque en un nuevo encuentro con Martim Afonso este último consideró que la escalada no le parecía un sistema seguro proponiéndole un nuevo procedimiento: abrir una de las puertas de la ciudad. La crónica portuguesa no cita la puerta pero parece que Martim Afonso ya había pensado en una y por la descripción que hace de ella Gonçalo Eanes sabemos que era una puerta con dos portadas relativamente distantes ya que el portero tenía su casa entre ellas. La puerta contaba también con una torre en la que se establecía la guardia y que dominaba ambas portadas. Dadas las características de la puerta, Gonçalo Eanes consideró muy complicado abrirla. Entonces Martim Afonso le propuso hacerse con una copia en cera de las llaves. Gonçalo Eanes tampoco consideró viable esta idea aunque aprovechándose de la amistad que le unía con el portero y de la pobreza de este, logró embaucarle con una increíble historia sobre una cueva repleta de trigo que había descubierto en el término de Elvas. Gonçalo Eanes quería entrar varias cargas de trigo en Badajoz y para ello necesitaba que el portero abriese los candados para poder colarse dentro de la ciudad. El portero picó el anzuelo y se mostró dispuesto a entrar en el negocio pero le advirtió que todas las noches tenía que entregar las llaves de la puerta al Alfonso Sánchez (el mayor do luguar) por tanto, debía avisarle con antelación para dejar abiertos los candados. De este modo podría entrar el trigo y una vez intramuros el portero podría cerrar los candados. Como es obvio, la cueva no existía y era Martim Afonso quien proporcionaba el trigo.

Una vez convencido al portero comenzó a traer trigo. Para mayor seguridad cambiaba las horas de entrada pero en todas las ocasiones, Gonçalo Eanes llegaba con el trigo hasta la Cerca Vieja y desde allí el portero transportaba la carga dentro de la ciudad.

Todo parecía marchar perfectamente pero las continuas entradas y salidas de Gonçalo Eanes llevaron a que algunos miembros del Cabildo Municipal sospechasen de él y le acusaron de estar en tratos con los portugueses. Gonçalo Eanes negó las acusaciones pero las autoridades municipales no le creyeron y le expulsaron de la ciudad.

Gonçalo Eanes partió de Badajoz camino a Sevilla y desde allí a Évora. Cuando se encontraba en Évora volvió a encontrase con Martim Afonso que le comunicó que el Rey ( Joao I) había dado el visto bueno para tomar Badajoz. Gonçalo Eanes decidió entonces regresar aunque su vuelta podría costarle la vida. En efecto, las autoridades de Badajoz, cuando supieron de su presencia, le hicieron saber que podía ser ahorcado o encarcelado. El portugués replicó que sólo permanecería en Badajoz el tiempo justo para cobrar una deuda. No obstante, antes de partir concertó una nueva entrega de trigo con su amigo el portero.

La madrugada del 11 de mayo Gonçalo Eanes fue a la puerta del portero y le pidió que aguardase a que fuese a por el trigo. En realidad, se desplazó hasta el Vado del Moro donde le esperaban las tropas portuguesas que abrían de ayudarle a tomar la ciudad. En efecto, Gonçalo Eanes volvió acompañado de diez hombres que apresaron al portero y entraron en la ciudad


“..por la puerta del río de la cerca vieja y los dejó al pie de la torre de fuera, y fue a la puerta y encontró una sobre otra y empujó con el hombro y abrió una de ellas y la mujer del portero estaba detrás de pie, y cuando lo vio habló primero y dijo a Gonçalo Eanes: “Señor vengáis en hora buena, ¿qué es de mi marido?-“allí viene”, dijo él, “con las bestias cargadas” y diciendo esto, abrió la otra puerta; y ella le dijo que no abriese más, y el dijo que las bestias eran muchas y no cabían por una. Entonces consintió ella en lo que hacia él, y él tomó cuatro cantos y apoyó dos en cada puerta y se puso sobre el escalón de pie, y la castellana a su lado. En esto se descubrió detrás de la torre Afonso Fernandes Rabello escudero de Afonso Pires el Negro, que iba como capitán de estos diez y un hombre de a pie de Gonçale Eanes. Y ella, cuando los vio, apretó las manos y dijo: “Jesús, ¡qué en hora mala es esta!” Gonçalo Eanes entonces le echó la mano a la garganta con fuerza, de manera que la hizo colocarse ante él y le dijo enseguida a su hombre: “¿Traes puñal o adarga ¿”-“Sí, traigo”, dijo él “Pues degolla a esta puta que no grite”-“¡Señor Gonçalo Eanes”, dijo ella, “no me mates; yo me callare!”. Y él se apiadó de ella, y la metió en la casa y le apagó la candela y se la dejó en custodia a su hombre. Y allí vinieron los diez y se pudieron entre las puertas; a ellos les dijo que no la desamparasen pasara lo que pasara. Y él se fue derecho a llamar a Martim Afonso que andaba rápidamente y vio que entraba ya por la puerta del río de la cerca vieja y tratando que no se detuviesen, nadie le hablaba con la prisa que llevaban. Y él tomó a uno que conocía como trompeta y se fueron ambos delante solos. Y ellos, que iban solos delante junto a la puerta, desde allí comenzaron a decir desde arriba: ¡A las armas! ¡A las armas! ¡Castilla! ¡Castilla!. A estos gritos acudieron algunos a la puerta, y el trompeta empezó a tocar, confundiéndose unos con otros, de tal modo que quedó la puerta sola y los diez subieron a lo alto del muro. Entonces llegó Martim Afonso con los que llevaba, sin encontrar dificultad alguna y entró con sus gentes haciendo cada uno lo que le mandaron, así en la subida al muro y la guarda de la puerta como en la captura de los mejores. El “San Jorge” era tanto como “Portugal”mezclado que producía un gran temor a los que lo escuchaban y mucha fuerza a los que tomaban la ciudad. Y enseguida llegó Alvaro Coitado con el concejo e Elvas, así de a pie como a caballo, y gentes de Olivenza y Campomayor y todos se apoderaron del lugar sin que hubiese mas pelea, salvo dos torres que se quisieron defender, pero no sirvió de nada…” (2)

La crónica de Don Joao precisa que esto sucedió la madrugada del 11 de mayo (día de la Ascensión) del año 1396. La crónica portuguesa hace una exposición muy detallada de los hechos pero no deja del todo claro si el matrimonio de porteros guardaba la Puerta del Río u otra puerta. En efecto, en la narración sólo aparece citada una puerta por su nombre: la Puerta del Río. Al mismo tiempo se hacen continuas referencias a la puerta de los porteros dando a entender que los porteros vivían en la Puerta del Río. No obstante, cuando se describe como se apoderaron los portugueses de la puerta de los porteros se dice que Gonçalo Eanes, una vez que dominó esta puerta, ordenó a sus diez hombres que permaneciesen en ella y

“….no la desamparasen pasara lo que pasara. Y él se fue derecho a llamar a Martín Afonso que andaba rápidamente y vio que entraba ya por la puerta del río de la cerca vieja y tratando que no se detuviesen, nadie le hablaba con la prisa que llevaban. Y él tomó a uno que conocía como trompeta y se fueron ambos delante solos…” (3)

En este caso el texto es muy explícito y diferencia la puerta donde vivían los porteros de la Puerta del Río. Más adelante vuelve a insistir en esta misma idea pues asegura que los portugueses consiguieron consolidar su posición en la puerta de los porteros gracias a la oportuna llegada de los hombres de Martim Afonso y Alvaro Coitado.

Si aceptamos la existencia de dos puertas, hemos de concluir señalando que una de ellas, la Puerta del Río, se abría en la Cerca Vieja y la segunda en otra muralla distinta pues, no tendría sentido ocupar dos puertas de la misma cerca. Es decir, tendríamos que situar la segunda puerta en otro recinto amurallado (¿Alcazaba?).

Con independencia del emplazamiento exacto de la puerta lo que si sabemos es que era una puerta muy compleja que contaba con dos portadas lo suficientemente alejadas como para permitir que entre ellas tuviesen su casa los porteros. Sabemos también que las dos portadas estaban dominadas por una torre situada, posiblemente, en la portada exterior (4). Si hemos interpretado bien los datos todo parece apuntar hacia una de las puertas en recodo de la Alcazaba.

Por otro lado, la crónica portuguesa parece indicar que los portugueses se apoderaron de la ciudad y la Alcazaba ya que entre los prisioneros que tomaron se encontraban el obispo, el mariscal de Castilla (García González) y el mayor de la ciudad (Alfonso Sánchez). Esta relación de prisioneros es muy ilustrativa pues por estos años el obispo residía en la Alcazaba y al mayor de la ciudad (Alfonso Sánchez) era al que el portero entrega cada noche las llaves de la puerta. Es decir, todo parece apuntar a que los portugueses se apoderaron también de la Alcazaba aunque no estamos en condiciones de dar una respuesta satisfactoria a este asunto ya que Rodrigo Dosma señala que los castellanos lograron mantener la Alcazaba durante tres años (5).
En las crónicas castellanas no encontramos descripciones tan detalladas de los hechos. Así, Rodrigo Dosma señala que el rey Don Joao I

“…quebrando la tregua asentada con don Enrique III, hubo a hurto esta ciudad por la puerta de la Traicion, que está cerrada, cerca de la Nueva de la puente, y prendio al mariscal de Castilla García Gonzalez de Herrera, y por ello puso á riesgo de perderse el reino aunque se sustentaba lo principal, que era el castillo; pero al cabo de tres años, hecha la restitucion, año del Señor 1403, se tornó a poner tregua…” (6)

Solano de Figueroa coincide con Rodrigo Dosma cuando señala que el rey portugués entró en Badajoz

“...por vna puerta, que llamaron de la traicion, el nombre mismo está diçiendo lo que fue y pasó, pues á no auerla franqueado traidores de su Rey y de su Patria quiça no vuiera el enemigo logrado esta fortuna...” (7)

Es decir, a diferencia del episodio de Alfonso Enríquez, y su correspondiente puerta, en el episodio de Joao I tanto Rodrigo Dosma como Solano de Figueroa hablan de la Puerta de la Traición, por ello, consideramos que fue la toma de la ciudad por las tropas de Joao I el episodio que dio nombre a la puerta. En realidad, en 1396 se materializaron dos traiciones: la que consumó Gonçalo Eanes y la ruptura de las treguas que habían firmado los reinos de Castilla y Portugal. En este sentido son muy ilustrativas las palabras que el rey Enrique III escribió al Maestre de Santiago

“…aquel traydor (el rey de Portugal) me quebranto las treguas e me tomo malamente la mi cibdat de Badajoz, e la robo e la destruyo…” (8)

Por otro lado, debemos recordar que no existió traición en la toma de Badajoz en el año 1169 aunque sobre este asunto es muy conveniente apuntar algunas matizaciones:

-Geraldo Sem Pavor fue un personaje famoso por sus asaltos a las fortalezas escalando los muros de noche y por sorpresa. Los cronistas emplean el verbo “gadara” para definir la táctica de Geraldo. Este verbo podemos traducirlo como “tomar por sorpresa” pero también como “traición” (9).
-En la Vida de S. Teotónio se atribuye al rey Alfonso Enríquez un novo generi pugnando (…) quasi per latrocinium (10).
-Manuel Terrón Albarrán nos precisa que las crónicas musulmanas suelen calificar de traidores a sus enemigos y traición a cualquier acción de guerra cristiana (11).
-Algunos autores han visto una traición en el ataque de Alfonso Enríquez pues los almohades de Badajoz tenían un pacto con el rey de León (12).
-Matías Lozano apunta que los portugueses entraron en la ciudad porque un traidor abrió una puerta. Desconocemos la procedencia de esta información y por tanto no podemos valorar su fiabilidad aunque es posible que este autor tomara la noticia de Tirso Lozano Rubio.

Hechos los considerandos anteriores, volvemos a insistir que en el desarrollo de las operaciones que permitieron a Geraldo Sem Pavor y Alfonso Enríquez apoderarse de la medina no existió traición y habría que forzar mucho los hechos para basar en ellos el origen del nombre de la puerta.

Pasemos ahora a la localización de la puerta. Ya hemos adelantado que la puerta aparece citada en un romance de mediados del siglo XVI

A morir viene en Rivillas
Que también muere veloz
En el gran río, lamiendo
La Puerta de la Traición (13)

Más explícito resulta Gil González Dávila (siglo XVII) que señala

“…Entrase á esta ciudad por nueve puertas que son: Puerta-Nueva (Puerta de Palmas), Puerta de la Traycion, Puerta de Santa Marina, Puerta de la Trinidad, Puerta de Merida, Puerta de las Angustias (Puerta del Capitel), Puerta de los Pelambres, Puerta del Río (Puerta de Nuestra Señora del Pajarito), Puerta del Alpéndiz …” (14)

Pese a la simplicidad del texto podemos extraer varias conclusiones:

-Parece deducirse que en ese momento la Puerta de la Traición estaba en uso.
-Podemos afirmar sin ningún género de dudas que la Puerta de la Traición no se corresponde con las puertas que relaciona Gil González Dávila, es decir, las puertas de Palmas, Santa Marina, Trinidad, Mérida, Capitel, Alpéndiz, Pajarito y Pelambres. En esta relación sorprende la ausencia de las puertas de la Coracha y Yelves. Podríamos pensar que las silencia porque una de ellas es la Puerta de la Traición. Esta hipótesis, en principio muy razonable, debemos descartarla pues los documentos de la época cuando se refieren a ellas las identifican por sus respectivos nombres (Coracha y Yelves) y además no las vinculan con la Puerta de la Traición.
-La Puerta de la Traición aparece intercalada entre las Puertas de Palmas y Santa Marina. Si Gíl González hubiese enumerado correlativamente las puertas tendríamos un dato valiosísimo para fijar su situación, por desgracia, no podemos certificar que la relación siga un orden correlativo.

Por último, si combinamos los datos que nos proporcionan las distintas fuentes sobre la Puerta de la Traición podemos concluir lo siguiente:

-La puerta por la que entraron los portugueses en la ciudad era conocida como Puerta del Río (Crónica de Don Joao I).
-Estaba en la Cerca Vieja (Crónica de Don Joao I).
-En las proximidades de la Puerta de Palmas (Rodrigo Dosma) y de la desembocadura del Rivillas (romance anónimo).
-Estaba cerrada en los siglos XVI y XVII (Rodrigo Dosma y Solano de Figueroa).
-La Puerta de la Traición no puede corresponderse con la Puerta de la Coracha ya que esta última está bastante alejada de la Puerta de Palmas y además Rodrigo Dosma asegura que los portugueses no se apoderaron de la Alcazaba.

A primera vista parece que la Puerta del Río-Pajaritos reúne todas las características que hemos enumerado. En efecto, sabemos que en 1631 estaba cerrada pues en el cabildo del día 10 de enero de 1631 se solicitó su reapertura

“…En este ayuntamiento el señor corregidor dio noticia a esta ciudad de un auto que antes de agora su Mg. tiene probido para que no anden barcos en la tabla del rrio de guadiana desde la puerta de la coraxa hasta las aceñas y que todos los dias a la orazion se su junten a los arcos de la puente e no salgan de alli hasta salido el sol y que se va excentuando con que cesa el ynconbeniente de poder entrar ninguna persona forastera por la puerta del rio questa tapada por el temor de peste caussada en milan y ansi mismo si se abriese se seguira utilidad a esta ciudad por proueexese por aquella parte de agua del rrio de guadiana a menos costa sobre que su Mg. tiene preuenido para que se abra y cada carga de agua se venda todos los dia a seis mr. no mas …” (15)

Este documento es valiosísimo por varios motivos. En primer lugar, las puertas de la Coracha y del Río están nominadas como dos puertas diferentes y ambas aparecen citadas por sus nombres. En segundo lugar, en la Puerta del Río confluyen las tres características que identifican a la Puerta de la Traición:

-Su nombre: Puerta del Río.
-Su ubicación cerca de la Puerta de Palmas y de la desembocadura del Rivillas.
-Estaba tapiada.

Estos elementos parecen definitivos pero debemos recordar que Gil González Dávila señala que las puertas de la Traición y del Río-Pajaritos eran dos puertas distintas. Por otro lado, la Puerta del Río-Pajaritos se cerró con motivo de la peste de Milán (1630-1631) y a finales del siglo XVI estaba abierta. Este detalle es muy significativo pues Rodrigo Doma señala que a finales del siglo XVI la Puerta de la Traición estaba cerrada lo que vendría a descalificar a la Puerta del Río- Pajaritos como candidata para ser la Puerta de la Traición (16).

Parece que hemos llegado a un callejón sin salida pues ni Rodrigo Dosma ni Solano de Figueroa llegan a identificar la puerta (17). El silencio de Solano nos resulta extraño pues conocía bien el episodio ya que había leído la crónica de Don Joao. Esta circunstancia pudiera significar que Solano ignoraba la situación de la Puerta de la Traición, o bien, era tan conocida que no creyó necesario hacer aclaración alguna. Tampoco podemos descartar que para él la Puerta de la Traición coincidiese con la puerta del embarcadero. Lo único que podemos asegurar es que Solano de Figueroa no identificaba a la Puerta de la Traición con la Puerta de la Coracha pues en la segunda parte su obra apunta que en marzo de 1668 se encontró una inscripción en una puerta de la ciudad que llaman de la Coraja.

Afortunadamente Arcadio Guerra viene en nuestra ayuda para poner algo de luz en este enigma. Efectivamente, cuando Arcadio Guerra estudió la Puerta de la Traición dejó claro que debemos vincularla con Joao I y además propuso situarla en las traseras de la Escuela de Idiomas (antiguo palacio de los Calderón). Como base para esta identificación señala que cuando se demolió la Puerta Nueva del Río, situada en las traseras de la Escuela de Idiomas, se descubrieron debajo de ella los restos de otra puerta más antigua. Arcadio Guerra supone que esta puerta enterrada se corresponde con la Puerta de la Traición. Sus palabras son muy ilustrativas

“…queda, pues, fuera de toda duda que la Puerta de la Traición, cuando menos de principios del siglo XV para acá, estaba junto a la desaparecida Puerta de los Carros (se refiere a la Puerta Nueva del Río) (…) en cuya inmediación se apreciaban indicios soterrados de la “de la Traición” lo que indujo a sospechar que se trataba de ella duda que desaparece con la afirmación de Dosma de que en 1581 estaba ya cerrada y cerca de la Nueva de la Puente (Puerta de Palmas)…” (18)

Su tesis puede ser discutible pero al menos deberíamos aceptar que debajo de la Puerta Nueva del Río existía otra más antigua.

Llegados a este punto debemos recordar que a nuestro juicio existieron tres puertas del Río en la historia de Badajoz:

-La más antigua debió abrirse en la Cerca Vieja que se extendía por las traseras de la Escuela de Idiomas y debe corresponderse con la que vio Arcadio Guerra e identificó como Puerta de la Traición.
-La segunda Puerta del Río se abría también en la Cerca Vieja y viene a coincidir con el emplazamiento de la actual Puerta de Pajaritos.
-La tercera recibe el nombre de la Puerta Nueva del Río y se ubicaba, aproximadamente, en el mismo lugar de la primera.

La existencia y localización de la segunda y la tercera puertas están fuera de toda discusión.

La hipótesis de Arcadio Guerra nos resulta muy viable. Asimismo no está de más recordar que el plano de Badajoz del Krigsarkivet muestra en este punto una estructura de planta acodada que es muy similar a la que se encontraba frente a la actual calle Vasco Núñez y de la que ya hemos hablado al estudiar el episodio de Alfonso Enríquez. En cualquier caso, debemos dejar bien claro que la ubicación de la Puerta de la Traición en este lugar no es segura y sólo nuevos documentos o un sondeo arqueológico podrán confirmar este extremo.



NOTAS



1.LOPES, F.: Crónica de D. Joªo I, Libraría Civilizaçªo, Biblioteca Histórica, Série Regia, Porto, 1949, vol. II, pp. 337-338.
2. LOPES, F.: Crónica de D. Joªo I, op. cit. pp. 343-345. La traducción que ofrecemos es de nuestro compañero Antonio Castaño (Castanho, diría yo). Desde aquí, muchas gracias.
La gesta de Martim Afonso perduró en la memoria de los portugueses pues con motivo de una escaramuza que en 1641 sostuvieron las tropas castellanas y las portuguesas dirigidas por un sucesor de Martim Afonso se dice

“...si hum Martim Affonso de Mello seu ascendente tomou Badajoz, nâo tem o nosso General menos valor para tamben o ganhar...”

Relac’am da victoria qve alcançou o Alférez Chistouao de Carualho, nos campos da villa de Oliuença contra o enimigo castelhano, Antonio Aluarez, Lisboa, 1641 (publicado por Manuel Márquez en la Revista del Centro de Estudios Extremeños-1, Badajoz, 1927, pág. 172).
3.LOPES, F.: Crónica de D. Joªo I, op. cit. pág. 344.
4.Por la estructura y por su proximidad podemos aventurar, y nunca mejor dicho, que los porteros se encontraban en la Puerta de Yelves.
5.DOSMA DELGADO, R.: Discursos pátrios de la real ciudad de Badajoz, op. cit., pág. 153. Hemos de apuntar que Rodrigo Dosma pudo trabucar alguna fecha ya que algunas noticias que refiere sobre la etapa de dominio portugués son en realidad posteriores a la devolución de la ciudad, es decir, cuando Badajoz era castellana de nuevo.
Asimismo, no deja de sorprendernos como tras la muerte del obispo Don Fernando Suárez de Figueroa (1379-1398) siguió una confusa etapa en el episcopologio badajocense. Los distintos autores que se han ocupado del asunto no se ponen de acuerdo sobre el nombre el siguiente obispo o incluso si hubo un periodo de sede vacante hasta que fue nombrado obispo Fray Gonzalo de Alba (1407-1408) (LÓPEZ, T.A.: “Los obispos de Badajoz. Catálogos y consagraciones” XXVIII Coloquios Históricos de Extremadura, Badajoz, 2001, pág. 254).
6.DOSMA DELGADO, R.: Discursos pátrios de la real ciudad de Badajoz, op. cit., pág. 153; SOLANO DE FIGUEROA Y ALTAMIRANO, J.: Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz, Imprenta del Hospicio Provincial, Badajoz, 1929, 1ª-IV, pp.123-124.
7.SOLANO DE FIGUEROA Y ALTAMIRANO, J.: Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz, op. cit., 123.
8.MAZO ROMERO, F.: El condado de Feria (1394-1505). Contribución al estudio del proceso señorializador en Extremadura durante la Edad Media, Badajoz, 1980, pág. 77.
9.LAPIEDRA, E.: “Giraldo Sem Pavor, Alfonso Enríquez y los almohades”, Bataliús, I, Letrúmero, 1996, pp. 150-153.
10.HERMANO SARAIVA, J.: História concisa de Portugal, Pulicacçoes Europa-América, Mira-Sintra-Mem Martins, 2001 (21ª edición), pág. 53.
11.TERRÓN ALBARRÁN, M.: “El arrabal Oriental de Badajoz”, op. cit., pág. 25.
12.CASTÓN DURÁN, F.: Rincones de la historia extremeña, Publicaciones del Monte de Piedad y Caja General de Ahorros, Tip. de la Viuda de A. Arqueros, Badajoz, 1945, pág. 78. HERCULANO, A.: História de Portugal, op. cit., pág. 562.
13.DÍAZ Y PÉREZ, N.: España. Sus monumentos y su arte. Su naturaleza é historia, Editorial Daniel Cortezo, Madrid, 1887, pág. 95.
Debemos recordar que el curso del Rivillas y su desembocadura han sufrido importantes cambios a lo largo de los años. Así, Rodrigo Dosma señala

“...Corre Rivillas de mediodia para norte en par del muro, aunque algo declina en cabo, cercando el castillo de la ciudad, yéndose á meter en Guadiana en el campo llano, de la vega de Mérida (...) Solia recoger á este arroyo mas cerca y derecho Guadiana, cuando se arrimaba mas al castillo de la parte del norte, á donde amontonando arena se ha retirado algo, dejando en seco lo mas del año la aceña de este lado puesta ante Orinaza...”

DOSMA DELGADO, R.: Discursos pátrios de la real ciudad de Badajoz, Biblioteca Histórico-Extremeña, Imprenta de la viuda de Arteaga y Compañía, Badajoz, 1870, pág. 31.

Por otro lado, los planos de Francisco Domínguez (1679) y Juan Muñoz Ruesta (1698) muestran como la banda de arena mencionada por Rodrigo Dosma se prolongaba más allá de la Puerta de Nuestra Señora del Pajarito. Finalmente a comienzos del siglo XVIII el curso del Rivillas fue modificado para construir el camino cubierto (CRUZ VILLALÓN, M.: Badajoz ciudad amurallada, op. cit., pág. 8).
14.GONZÁLEZ DÁVILA, G.: Teatro eclesiástico de la ciudad y Santa Iglesia de Badajoz, Salamanca, 1618, pág. 3.
15.A.H.M., Libro de Acuerdos, 10 de enero de 1631, fol. 144v.
16.Ya hemos tratado este asunto al hablar de la Puerta del Río-Pajaritos y sólo nos resta recordar que el 24 de noviembre de 1598 el Cabildo Municipal acordó cerrar varias puertas de la muralla dejando para uso de la ciudad las puertas de Palmas, Santa Marina, Trinidad, Pelambres i del rio q. dicen de la calle de morales q. em esta a de aver guarda (A.H.M., Badajoz, Libro de Acuerdos, 24 de noviembre de 1598, fol. 276). Es decir, la Puerta del Río estaba abierta y además debía continuar abierta. En segundo lugar sabemos cuando se cerró. En efecto, en el cabildo del 10 de enero de 1631 se indica que la puerta se tapió por el temor de peste caussada en milan. Por tanto, debemos vincular su cierre con las medidas que tomó el Cabildo Municipal a partir del día 16 de octubre de 1630 que es cuando se dio la alarma sobre la peste (CORTÉS CORTÉS, F.: Una ciudad de frontera. Badajoz en los siglos XVI y XVII, Caja de Ahorros, Badajoz, 1990, pág. 95). La epidemia que aparece mencionada es la que afectó a Milán y a otras ciudades de Italia entre los años 1630-31 pues, Bartolomé Bennassar asegura que

“... la peste de 1630-31 fue específica del norte de Italia y Alemania, pero la encontramos también en el Languedoc (Toulouse especialmente) y en la Meseta norte de Castilla...”
BENNASSAR, B.: La Europa del Siglo XVII, Biblioteca Básica de Historia, Anaya, Madrid, 1989, pág. 18.

En este sentido no podemos olvidar que una de las medidas que sistemáticamente tomaban las autoridades municipales para luchar contra la peste era cerrar la mayor parte de las puertas y vigilar el paso de las gentes por las que permanecían abiertas. Por tanto, si la puerta se cerró entre los años 1630-1631 Rodrigo Dosma no pudo referirse a ella.
17.SOLANO DE FIGUEROA, J.: Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz, 1º-IV, op. cit., pág. 123. El silencio de Solano nos preocupa pues conocía la crónica de Don Joao ya que cita el capítulo en el que se narra dicho acontecimiento.
18.GUERRA GUERRA, A.: “Callejero de la ciudad”, B.I.M., 30, Excmo. Ayuntamiento de Badajoz, 1963, pág. 53. Matías Lozano también se hizo eco de las obras

“…en el año 1981 el Municipio de Badajoz emprende en este sector de la ciudad trabajos para urbanizar la zona apareciendo los cimientos de las antiguas murallas. Con acertado criterio se ha reconstruido lo suficiente para que se conozca lo que existió antiguamente…”

La palabras de Matías Lozano pueden inducirnos a error pues posiblemente se refieran a los restos la Puerta Nueva del Río que se había construido en el siglo XVIII y que se levantó en el mismo lugar de la primitiva puerta (LOZANO TEJADA, M.: Badajoz y sus murallas, Grafisur, Colegio Oficial de Arquitectos de Extremadura, Los Santos de Maimona, 1983, pág. 134).